Herramientas básicas para el control de calidad empresarial

El control de la calidad al interior de las empresas es un paso fundamental en el camino al éxito. Se trata, en términos llanos, de conseguir la excelencia en todos los aspectos que tienen que ver con el funcionamiento de la empresa, desde la organización, la planeación y la ejecución de los proyectos, hasta el trato con el cliente y la manera en que los servicios y los productos son presentados a los clientes y consumidores.

Involucra varios aspectos, desde la adopción de una filosofía de la calidad, hasta la integración en una nueva cultura laboral, de liderazgo y trabajo en equipo. Mantener un estricto control de calidad no sólo facilita las tareas del día a día, sino que ayuda a incrementar la productividad y las ganancias de la empresa, así como a desarrollar un mejor ambiente de trabajo para quienes laboran en ella.
 
Existen varias herramientas que son la base para crear esta nueva perspectiva. El principio que las gobierna es la observación de los problemas que se requieren atender para conocer mejor cuáles son sus causas, cuáles son los resultados que se desean obtener y cuál es la ruta óptima para conseguirlos.
El primer paso es recopilar los datos mediante una Hoja de Control en la que se asienten todos los datos relacionados con el problema que se desea observar. En este punto no se tienen en cuenta los objetivos sino el estado de las cosas en el momento de la observación, de manera que pueda detectarse claramente si en realidad existe un problema y cuáles son los puntos que se deberán atender en el futuro.
El orden en que se recopilen y ordenen los datos es fundamental, ya que la clasificación de todas las partes que componen el análisis sentará las bases de futuros estudios y observaciones.
Otra herramienta es la llamada “Diagrama de Pareto”. Esta es una forma de organizar datos que permite detectar rápidamente cuáles son los problemas concretos, así como sus causas. Descansa en el principio de que el 20 por ciento de las causas resuelve el 80 por ciento de los problemas, por lo que ayuda para realizar cambios de fondo que modifiquen de manera directa el origen de los problemas.
Finalmente, un diagrama de causa y efecto sirve para estudiar los procesos y detectar fallas en su estructura que se reflejan al final de la cadena. Permite jerarquizar los problemas y darles soluciones puntuales y concretas.

 

Author: director